“Asumimos este desafío porque creímos que era la mejor oportunidad de trastocar los arraigados vicios de la gestión vertical, excluyente, antidemocrática, donde el clientelismo y el favoritismo habían sembrado relaciones de exclusión territorial y social en nuestra querida Ibarra”, expresó Gustavo Andrade al anunciar oficialmente su retiro de la gerencia de EMAPA.
Me uno a los miles de ciudadanos, no vamos a estar quietos, no vamos a claudicar en los principios, no vamos a quedarnos callados, levantaremos nuestra voz crítica ante quienes traicionen la necesidad, la demanda y las aspiraciones de la gente, añadió Andrade en su informe de gestión y despedida del cargo, acto en el que no estuvo presente la Presidenta del Directorio, Andrea Scacco.
“Acepté ser parte de Emapa y antepuse a mis acciones, los principios como parte de un proyecto único de construcción colectiva, proyecto que ahora ya no existe; los límites en la gestión no han sido los técnicos, ni los económicos, los principales limites que hemos tenido han sido los políticos, principalmente esos que tratan de mantener grupos de poder económicos que han estado incrustados en la dinámica social de la ciudad y que han impedido el desarrollo de la misma”, reiteró.
Hoy el proyecto político innovador que se sustentaba en la unidad, ética, transparencia y equidad por el cual decidí estar a cargo de la EMAPA ha cambiado en estos últimos meses, así como se están esfumando los objetivos y prioridades de solución a los problemas históricos de la ciudad, subrayó.
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Creo firmemente en la flexibilidad política que hay que mantener para hacer de esta ciudad un ámbito de gestión democrática, pero cuando las fuerzas de poderes locales acorralan y entorpecen la acción de quienes laboramos incesantes hacia objetivos de bien común en la ciudad, entonces se concluye que ya no se encaja en ese juego de presiones que puede llegar a ser perverso para la ciudad…” dijo Gustavo Andrade.