Una de las características de la sociedad actual es su alto consumo de alcohol, cada vez hay un gran porcentaje de jóvenes que se suman a esta cultura alcohólica, prácticamente ingerir licor se ha puesto en moda y este producto que emborracha y hace perder la razón, está en todas partes y forma parte de nuestra idiosincrasia.

Todo es bueno, pero no en exceso, incluso estas bebidas como el vino, o el whisky en pequeñas dosis son permitidas para regular problemas del corazón o el sobrepeso, lo malo está que la costumbre de los ecuatorianos es llegar hasta el fin de una botella o tal vez de dos, lo cual trae graves consecuencias en la salud y hasta en el entorno familiar y labora.

El alcoholismo es una enfermedad progresiva que puede avanzar camuflada durante 10 o 15 años, que produce estragos muy difíciles de establecer en el trabajo, la enfermedad progresará, se intensifican más los problemas.

La intoxicación por alcohol puede generar un tipo de conducta temeraria e irreflexiva, que además pone en entredicho al cónyuge o compañero, puede tener trágicas consecuencias, especialmente como resultado de accidentes de tránsito.

Los alcohólicos a menudo tienen una historia de accidentes, de inestabilidad matrimonial, de trabajo y problemas de salud relacionados con el alcohol. Los accidentes con episodios violentos y en contra de los cónyuges y los niños con una historia de accidentes no explicados o frecuentes son a menudo signos del abuso de drogas o del alcohol.

Las historias de personas que tienen problemas con el alcohol son variadas, todas tienen siempre una consecuencia fatal, pérdida de dinero, trabajo y la dignidad, fracaso matrimonial y problemas en las relaciones con los demás. La única forma de dejar estos malos hábitos, es la unión familiar, la entrega, el amor, la dedicación a causas positivas y gastar el tiempo en la lectura, en la preparación, cada día que nace es una nueva oportunidad para cambiar, para enmendar, todo es posible cuando nos proponemos cambiar la realidad.

 

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