Carlos Amable Salazar Gonzáles nació en Ibarra, el 1 de noviembre de 1929, murió en Quito el 23 de septiembre del 2008, a la edad de 79 años, afectado por un cáncer anaplásico, permaneció en su actividad de relojero por 60 años.
El maestro Carlos Salazar, hijo de Nicolasa Gonzáles y Miguel Salazar, pareja que procreó cuatro hijos, Alonso Carlos, Pedro, también relojero y Rosa Salazar, todos ya fallecidos.
Su esposa de toda la vida fue doña Fanny Rebeca Paredes (+), este matrimonio engendró 9 hijos, Fabián, Carlos, Hilda, Nancy, Blanca, Jaime, Antonio, Marta, y Julieta Salazar Paredes; tuvieron 17 nietos. Los 4 hermanos varones todos se convirtieron en locutores y laboraron en diferentes emisoras, dos siguen activos, Jaime en radio Colosal on line y Antonio en radio América FM
Inicios
Desde los 19 años de edad se inició en la rama de la relojería bajo la tutela de Luís Acosta, en ese tiempo apenas había cuatro personas dedicadas a este oficio: Juan Ignacio Duque, Flabiano Almeida, Luís Acosta y Carlos Salazar.
Obtuvo el título de maestro en relojería otorgado por el Ministerio de Previsión Social a través de la Comisaría presidida por el señor Segundo de la Vega.
En esa edad juvenil aprendió la relojería solo mirando cómo era el proceso de reparar relojes en el taller del señor Luis Acosta; apela a su buena memoria, sus prácticas iniciales en relojes de casa, dañando otros y arreglando los de sus padres y hermanos, la idea era no darse por vencido hasta lograr su objetivo.
Su espíritu visionario y emprendedor le hizo pensar en ponerse su propio taller, con esfuerzo y préstamos en el banco pudo instalar relojería “Bulova” a inicios de los 50s, cuyo nombre es en homenaje a la marca más garantizada de relojes suizos, enseñó el oficio a su hermano Pedro, otro relojero destacado en la ciudad, personaje conocido por su carácter alegre y amigable, quien falleció en el 2014
Laboró en las ciudades de Quito, Ibarra y Tulcán, siendo considerado uno de los mejores relojeros del país.
La actividad artesanal fue el sustento de su hogar por 60 años, este difícil arte que requiere de precisión, buena vista y un buen pulso para poder arreglar las diminutas piezas de un reloj y que las manecillas vuelvan a caminar y marcar el ritmo del tiempo.
Otras tareas
Carlos Salazar compartía su labor como artesano, con otras actividades, le gustaba la música y la radio, alrededor del año 1955 entregaba discos de oro en representación de radio Ibarra a concursantes de un programa de música nacional. Fue triunfadora en esa época Pepita Pabón, quien cantó a dúo con una de las hermanas de apellido Hualca.
Sus inicios en la radio datan de 1958 en la emisora radio Rumichaca, ahí oficiaba de operador de consola y locutor. A inicios de los años 60s también pasó por radio “San Miguel de Ibarra”
También en Tulcán entregó discos de oro, en especial al ganador del Festival de Música Popular, al señor Carlos Arellano en 1962.
Condecoró con la medalla de oro a los “Imbayas” por su participación en el festival de música ecuatoriana.
Radio Colosal
En la ciudad de Tulcán tuvo amistad con el propietario de radio “Tulcán”, el señor Luis Betancour, quien le vendió los equipos de dicha emisora en el año 1968 y la trajo a la ciudad de Ibarra, se la adquirió en 30.000 sucres, que en ese tiempo era una importante suma.
La radio emitía su señal en forma de prueba, luego el 28 de septiembre de 1968 obtuvo la autorización de la Dirección de Frecuencias.
Se compró la radio porque era aficionado a la música, al canto, tenía su propio conjunto musical, eran los tiempos que tocaban los temas de Roberto Carlos como era “Mi cacharrito”, y los bailables de esa época como los que interpretaban Lucho Bermúdez, Lucho Ramírez, Pérez Prado, sin duda eran otros tiempos.
La emisora transmitía en 1.520 Kilohertz en amplitud modulada, tuvo una vigencia de 1968- 1972, y en ese entonces gozó de una gran popularidad y llegó a ser la número uno en la preferencia del público del Ibarra de ese entonces.
En dicha estación de radio del cual era Gerente- Propietario trabajó intensamente en la parte técnica y haciendo los informativos de la mañana, acompañado de Wilman Armas, quien locutaba en ese entonces. Por dicha radio pasaron las mejores voces del micrófono de Ibarra y la provincia, como son Andrés Torres, Lenin Félix, César Moncayo, Fabián y Hernán Salazar, Ernesto Noboa Jr, Marcelo López, Alfonso Villafuerte, etc.
Hombre multifacético
Fue Presidente de la Escuela de toreros porque era un aficionado de la tauromaquia, realizaba con sus amigos corridas de toros con fines sociales.
Era un hombre multifacético, músico, locutor, arreglaba aparatos eléctricos, transmisores, radiodifusor, relojero, gustaba de la prestidigitación e hipnosis, tocaba el piano
Ninguno heredó
Ninguno de sus hijos heredó esta habilidad para arreglar los relojes, pero si su hermano menor Pedro a quien le enseñó el oficio.
Sus cuatro hijos varones se fueron por el lado de la comunicación, el primero Fabián, estuvo laborando en Quito, en Continente y en la desaparecida Colosal, luego Carlos Hernán que tuvo 45 años de permanencia en el micrófono, primero Musical de Quito y ahora en Ritmo en donde estuvo 40, luego Jaime Alberto, quien es periodista locutor y Director de Expectativa.ec y Antonio Fernando quien labora en radio Ritmo y anteriormente estuvo en radio Pichincha, Teleonda y Amazonas.
Caballero en el trato
Sin duda, Carlos Salazar Gonzáles es un personaje de la relojería, un caballero en el trato con los demás, un hombre que se ha dedicó 60 años a reparar los relojes de los ibarreños, la elegancia personificada que aportó al desarrollo de esta ciudad desde su taller de relojes, la música y la radio.